
de palabras desinfectantes y de remedios con mentol para el corazón. Hace tiempo que esto se ha vuelto insano, que cada vez que nos mordemos dejamos cicatrices persistentes y a pesar de todo no dejamos de hacerlo. Estamos inmersos en una dinámica desgarradora, hiriente, y sin embargo preferimos eso antes que nada. La cruda realidad es me conformo con tenerte a mi lado mudo y mirando al infinito, porque es mejor que no tenerte. Dejemos de marchitarnos, de darnos razones para abandonar, quedémonos con aquella noche.
Quédate en la cama un rato más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario