Oleada

De espaldas al mar, mirándote de frente y esperando. Lo escucho rugir detrás de mí, un león con melena de espuma enfurecido por tanto dolor, por nosotros. Y ahí estás tú, mi unico espectador, atento como siempre has sido. Aguardo entusiasmada deseando la sorpresa que llegará sin avisar. Entonces sucede, una ola impetuosa choca contra el muro, salta y me baña de la cabeza a los pies. Una ducha salada que me limpia, arrastrando toda la tristeza y el sufrimiento a lo más profundo del mar. Y ahí estas tú, observándome con una sonrisa. Empapada me acerco a tí. Tienes los ojos vidriosos, inundados, tanto que alguna lágrima rebosa. Me lo dijiste todo sin decir nada.

Te echo de menos, desde que me levanto hasta que me acuesto.
En el desayuno que tanto adoras, con tu lentitud y tu taza gigante de café.
En el almuerzo porque lo devorabas, y cuando llegabas con hambre te comías los cubiertos, el plato, la mesa e incluso a mi si estaba cerca.
En la cena que tanto disfrutabamos juntos, nuestro momento de salivar conjuntamente con comidas deliciosas.
Te echo de menos en casa.
En la cocina, por los tentempies improvisados,los tomates aliñados y alguna vez que no nos conformamos con la comida y nos alimentamos el uno del otro.
En la ducha o la bañera, desde duchas después de la playa que acaban interrumpidas por mi padre,pasando por la bañera con velas, hasta el inmenso baño de espuma en Sigüenza.
En el salón, me acuerdo de nuestro inmejorable sofá naranja, y del nuevo por lo que hicimos en él.
En mis habitaciónes que cumplieron con su función de nido, donde se desarollaban las siestas, los mimos y las travesuras.
En el cuarto de mis padres por como los invadimos y perturbamos.
Te echo de menos en la calle.
Recoriendo los lugares por los que pasamos, aquellos que se hicieron habituales y los que fueron especiales por sólo aquella vez.
En  Gran Canaria, Madrid, Fuerteventura, Portugal,Sevilla, Segovia, Sigënza, Atienza, hasta en Canada...
En la playa, porque conquistamos muchas, albufeira, fuerteventura, el sur, las canteras; por los días tirados al sol, tu me das cremita yo te doy cremita, la pasión en la peña de la vieja, tu lucha con las gafas y el tubo y los baños fresquitos para enfiar los calentones.
Hasta en el coche te extraño, por los kilometros recorridos, los paseos en el viejo mondeo o el joven scenic, las canciones cantadas, los revolcones ortopédicos, darte de comer mientras conduces,las luchas de reggaeton vs buena música..
Te echan de menos Quina, Lua, Tortoise, Gati, Raki, Sixtolo, Copo, Lu y Cicer. Supongo que a pesar de hacerse el duro, Lopez a mi tambien.
Te veo en los ojos de la gente, de nuestros amigos, todos lo momentos que compartimos con ellos, porque conocen nuestra historia y muchos la han seguido de cerca. En los ojos de mis padres que te acogieron y en los de tu familia que me hizo sentir como en casa.
Te echo de menos cuando encuentro tus regalos; nuestro album, mi cojín, miel, camisas tuyas, zapatos, la wii,fotos,cartas...incontables.
Te echo de menos cuando recuerdo las sorpresas y la oleada de felicidad que nos daba cada una de ellas.
Echo de menos tus abrazos,tus achuchones, tus caricias, tus cosquillas, tus infinitos besos, tus azotes, tu forma de hacer el amor...A ti, tus costumbres,tu manias,tus imperfecciones,tus virtudes, tu fidelidad, tu bondad, tu humildad, tu carisma, tu amistad y tu amor.

Te echo de menos.

realidad vs ciencia ficcion

La verdad duele. Más cuando te das cuenta de que la realidad es tajante, dura, hiriente, pero sincera. No hay nada más seguro que un hecho verídico, algo evidente. Al margen de lo que se esconde tras los acontecimientos o de como se interpretan, lo que hay es lo que hay.
Tu relación es tan auténtica como mi sufrimiento. Es algo real, desesperanzador e implacable, que consigue mermar mis fuerzas, pero me devuelve a la tierra. No se asemeja en nada a lo que me gustaría, nisiquiera por asomo, en mi mente solo cabemos tu y yo, el echarte de menos, el deseo de esperarte, las ganas de tenerte, el amor...ahora sé que no tendré nada de eso.
Realidad cruda, sin cocinar como el sushi; como la sensación de quitarte la venda de los ojos mientras caes en picado sin paracaidas; una bofetada de realidad que te deja una cicatriz en la cara. Quizás me podría haber ahorrado este dolor, quizás sería mejor no saber nada, hay veces que lo preferiría y vivir engañada pensando que algún día volverías. Imaginar y escribir mil fantasias de ciencia ficción, historias con final feliz, pensando que tus sentimientos hacia mi vencerían al pasado. En este momento, entre  nosotros no solo se interpone solo tu dolor, sino una nueva vida sin mí, prometedora e ilusionante. No darías marcha atrás para dejar de lado esta novedad. Ahora no. Sé que Madrid es más bonito que Londres, porque ahí no llueve. Sé que te hace feliz, que entre otros es un motivo de alegría, lo entiendo y no te culpo. También sé que en el fondo tampoco te olvidas de mí.
No obstante, no me queda mas remedio que afrontarlo, seguir adelante aunque no quiera, aunque desee estancarme en ti durante siglos porque no tengo prisa. Me daría lo mismo seguir persiguiendo tu sombra, como peter pan a la suya. Siento que por lo que me pesa esta culpa, no creo ni que me merezca avanzar. Soy incapaz de tener una misera cita porque siento que te estoy fallando, de nuevo. Por no hablar de que me miro al espejo y pienso que no gustaré a nadie.

Aun teniendo razones para obligarme a superarlo, nada de esta verdad cambia mis sentimientos, ni que mi única constante sea amarte, ni que te extrañe a todas horas, ni que te necesite como al que más...

Un granito de arena de una playa que entra y sale...

Nothing but GOOD THINGS.

Comenzará cuando creas que todo ha terminado

No existe un amor más grande, ni mejor forma de amar. Desde el minuto uno no dejaste de darme todo de ti ni un sólo segundo, regalándome tu corazón de manera desinteresada. Te fijaste en mí y bastó con empezar a conocerte para quererte. Todavía recuerdo la sensación de aquellas mariposas, más revoltosas e inquietas que nunca el instante en que cerraste los ojos para dejar que te besara. Después todo comenzó a crecer como la espuma, las horas y horas al teléfono,las charlas, las risas, las caricias, las primeras veces de todo... Sin apenas darme cuenta me enamoré. Te convertiste en una pieza clave de mi universo y sin ti este perdería su sentido.

Desde entonces no he dejado de amarte, sabes que no. Jamás perdieron su significado el te amo y lo eres todo, por mucho que los usáramos no se desgastaban. Sin embargo, hoy me derrota la culpa y saber que te he fallado, pesa tanto el dolor de haber herido a la persona de mi vida. Que mi ceguera no me dejara ver lo que te sucedía. Hace un año decías que si esto se acababa no sería por ti, y tenías razón no lo ha sido, yo te he llevado a esto. No puedo vivir con ello, ni avanzar, ni pasar página, porque eso me para los pies. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, sino de lo que nunca hice, de lo que estaba en mi mano hacer y no fui capaz de resolver. Se que te mereces algo un millón de veces mejor, que te has sentido menos preciado cuando eres el tesoro más valioso. Siempre he sabido la joya que tenía pero la descuide, deje de pulir sus impurezas y deje que se estropeara, aun así nunca perdió su valor. Llámalo despreocupación, pero ni se te ocurra pensar que no te apreciaba, porque lo hacía cada día sabiendo que nuestras propiedades encajaban a la perfección. Lo siento, lo siento amor.
Me amaste con todas mis imperfecciones, con o sin betadine, besando cada uno de mis defectos. Natural, sentimientos que brotaban de manantiales limpios y puros, como las lágrimas que derramo en este mismo instante. Ni una cosa mala de ti saldrá de mi boca, porque me hiciste sentir la persona mas especial del mundo. Casi 6 años pasaron y mientras se alargaban las despedidas, aumentaban las horas de sueño a tu lado,los orgasmos, los rituales, los recuerdos...

La gente siempre te dice que cuando una pareja se da un tiempo es un mala señal, que se aproxima una ruptura, que no sirven para nada. Quizás cuando por fin mis ojos se abrieron, tu ya estabas muy lejos como para traerte de vuelta. Pensé que no sería nuestro caso. No vi lo que se avecinaba, para mí era la oportunidad de intentar corregir mis errores, de rehacer lo deshecho, de intentarlo de verdad porque aquella semana sin ti me devolvió a la realidad. Insistí, a última hora como acostumbro a hacer. Pero viajaste más distancia de la que recorriste realmente, te fuiste a un lugar dónde ya no te podía alcanzar. Volaste más allá de Portugal y Madrid. Volviste con las claras, con tu sufrimiento solidificado que aplastaba todo lo demás, unos ojos llorosos que se clavaron en mi, queriendo quedarte y queriendo irte. Supongo que te cansaste después de haberme dado tantas oportunidades, que yo desaprovechaba y eso te apartaba de mi lado. Espero que puedas perdonarme algún día amor.

Ahora mismo quiero recuperarte con todas mis fuerzas, sé que no me equivocaría arriesgando todo por ti, aunque todo lo que sé apunta al fracaso, tu firmeza, tu dolor, tu relación con ella... Quiero estar cerca de ti, poder disfrutarte a sorbos y aprender a lidiar con las ganas de más, porque cuando me abrazas fuerte todos mis pedazos rotos se unen de nuevo.

Ahora.

NO ERAN AMANTES, NO ERAN NOVIOS, Y TAL VEZ, NO ERAN AMIGOS.

PERO SIEMPRE FUERON EL UNO DEL OTRO.

En defensa propia por ausencia ajena.

Paredes gruesas, lineales y verticales, de piedra, cemento o acero, barreras que restringen el acceso, con una función defensiva, de seguridad. Muros construidos por el ser humano con el fin de separar, que abarcan desde las paredes que nos cobijan hasta las que separan civilizaciones. Cualquiera se habrá topado con un muro a lo largo de su vida, es difícil no verlos porque hay tantos, de tantas formas, materiales y tamaños. Los hay famosos también, aquellos que se han ganado un lugar en la historia por lo que impactan, representan y significan; el muro de Berlín, la Gran Muralla China, el muro de Adriano, el de Lennon, los de Babilonia, Sacsayhuamán...

Yo misma descubrí uno. Un muro imponente que sólo yo conozco, completamente distinto a los anteriores. Es de apariencia firme,sólida y consistente, hace que al contemplarlo me sienta minúscula e insignificante, como los liliputienses ante Gulliver. De primeras intimida, asusta, se levanta desafiante y resulta infranqueable, pero lo tomo como un reto. Curioseo, no me canso de observarlo con asombro, preguntándome de dónde habrá a salido, quién lo levantó y por qué. 

Este muro no tiene cadenas de espinas, ni cristales cortantes,ni púas de metal, ni está vallado o electrificado. Se alza cerca del mar, con las paredes cubiertas de salitre y algas, decorado con caracolas y frases que me suenan, crecen ramos de rosas y lirios a su alrededor. Se lo que me espera al otro lado del muro y vale la pena cruzarlo por amor. Busco alguna rendija para colarme, sin suerte. Cojo carrerilla para intentar saltarlo pero con cada tentativa me choco. Aminoran las fuerzas cuando tropiezo, levanto, escalo, caigo o empujo. 

Sin embargo, al acercar la oreja, te escucho y te siento al otro lado. Cada latido me llama, me atrae como un imán y quiero llegar a ti. De nuevo me planto frente a esta fortaleza, esperando el día en que caiga o se transforme en un puente.

Buenas noches.Ahora nos vemos.

No quiero irme a la cama. Me pego al sofá como cuando era pequeña, alargando el momento de irme a dormir. Cualquier excusa es válida para librarse de las sábanas. No tengo miedo al coco, ni a la oscuridad, ni a lo que se esconde bajo el somier; lo que temo es muy distinto.

Llega el momento de cerrar los ojos y comienza el bombardeo de pensamientos. Te echo de menos, quiero tenerte, destapo los recuerdos e  imagino mil escenas. De repente mi almohada se empapa, se forman charcos azules de lágrimas que caen desde mis mejillas. Se desata la tormenta nocturna. Un chaparrón de sentimientos y huracanes de ideas dolorosas que relampaguean con truenos tan fuertes que retumban en la mente. Pienso en quien te besa, me pregunto que sentirás y si has vuelto a querer. Pienso en mis labios, nunca han estado tan fríos y secos, son caprichosos porque tan solo quieren encajar en los tuyos. Se forman nubarrones espesos que cuando intento mirar hacia adelante me ciegan y no veo más allá de ti.

Empieza a escampar. Por fin me quedo dormida y ahora la calma no depende de mí. Tengo pesadillas, algunas tan reales que me levantan de madrugada con un nudo en la garganta, angustiada pero aliviada a la vez porque nada de eso ha ocurrido. Sin embargo, hace un par de noches soñé que hacíamos el amor, tan intenso que me levanté mojada. Entonces deseé que sucediera de verdad...

Basada en hechos reales.